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miércoles, 15 de julio de 2009

Bienvenido regreso de Lapzeson 

Por: Eduardo Giorello
«Eidos» (Forma definida). Coreog. y dir.: N. Lapzeson. Comp. Sonora: G. Scotti y V. Hanni. Vídeo: A. Simon. Esc. e ilum.: J. M. Broillet. Int.: R. Pedroli. (Teatro Presidente Alvear.) 

El regreso de la bailarina y coreógrafa Noemí Lapzeson a Buenos Aires es uno de los acontecimientos más trascendentes del año coreográfico. Fundadora de la compañía «Vertical Danse», Lapzeson está radicada en Ginebra y ha creado hasta hoy un «corpus» fundamental de la danza contemporánea universal. Muchas de sus obras se han visto en los últimos años entre nosotros. 

Ahora presentó «Eidos (Forma definida)», un solo femenino de cincuenta minutos de duración y gran belleza, interpretado magistralmente por la bailarinaRomina Pedroli, que física y técnicamente recuerda a la Lapzeson de hace unos años atrás. Construida con el rigor y la solidez de una obra clásica, esta pieza sigue las huellas de de los maestros de Lapzeson: Doris Humphrey, José Limón Anthony Tudor. La armonía y el equilibrio, las simetrías y el respeto por las estructuras clásicas se originan en la danza académica, que aparece virtualmente luego de efectuarse una relectura de su estética y lenguaje visual. Con el apoyo sonoro de grabaciones y dos bajos eléctricos tocados en vivo por los notables Gabriel Scotti Vincent Hanni, la bailarina evoluciona en una secuencia de potente estructura musical, una suerte de forma sonata (A-B-A), con su exposición, desarrollo y reexposición. Dentro de este esquema básico, la danza de Romina Pedroli es por tramos muy «térre á térre», se arrastra y se contorsiona y en otras se eleva a través de saltos y «souplesse» recordando las variaciones de la danza clásica hasta la energía de las «fouettés». En total sincronización con el progreso sonoro que llega a un climax exasperante, roto por cortes abruptos. y con el auxilio de imágenes proyectadas y de luces dispuestas dramáticamente, la bailarina apela a los movimientos más extraños e iconoclastas sin que ello le haga perder elegancia. La música de carácter minimalista se estrecha con el movimiento sin interferencias mientras Predolicanturrea, por momentos, unos versos de 

T.S.Eliot. que dicen: «Entre el concepto y la creación/Entre la emoción y la respuesta/Cae la sombra». 

Ante tantas muestras de danza moderna sin demasiado fundamento que se exhiben en nuestros escenarios, «Eidos» aparece como una de las pocas expresiones de genuina y lúcida contemporaneidad de la forma en movimiento.

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